OTRA VUELTA DE TUERCA
Henry James
Un preceptor acude al cuidado de dos niños en una antigua mansión victoriana, sustituyendo a la anterior institutriz. Lo que en principio parecía un grato cometido se convertirá pronto en una desasosegante realidad. El joven percibe la presencia de los antiguos sirvientes merodeando en torno a la casa y siente su peligrosa influencia sobre los niños.
¿TERROR?
"Mucho más allá de cuanto la obra parece sugerir en un primer acercamiento, el mayor terror reside", opina Iker Ortiz de Zarate, "en la ocultación, en el silencio que ha conllevado siempre la violencia y el abuso dentro de los hogares, en no poder saber a ciencia cierta qué es lo que está ocurriendo en realidad. ¿Están los antiguos sirvientes de la casa merodeando la casa? ¿Son imaginaciones del preceptor? Y si es así, ¿de dónde proviene la fuerza con que anidan en la mente del joven esas obsesiones que implican a dos niños y a un sórdido halo de perversión sexual? La obra es inteligentísima, realmente turbadora y adelantada a su tiempo por el modo en que construye una situación en la que todo puede ser real o imaginario. Es atrevida por el tratamiento psicológico de los personajes, por su carencia de respuestas, por los continuos descubrimientos que salpican la trama y que, a pesar de todo, no prueban nada de cuanto el preceptor sospecha. Y es fascinante el papel de los dos hermanos, Miles y Flora, a caballo entre un juego infantil más o menos malicioso para burlarse de su cuidador y la maldad de dos criaturas abusadas, pervertidas y poseídas por sus antiguos cuidadores."
"El papel del preceptor Giddens ha sido un descubrimiento para mí. Son muchas las emociones sentidas durante la dirección de la obra, el disfrute de ver trabajar así a actores y actrices ha sido enorme; pero al encarnar el papel he descubierto una serie de sentimientos que, si bien había podido comprender de manera intelectual, no podía prever iban a tocarme tanto en lo afectivo. Es un trabajo emotivo y al tiempo perturbador. En algún momento he llegado a sentir miedo, una sensación nueva para mí como intérprete y creo que excepcional, generalmente, para actrices y actores, que nos desenvolvemos rodeados de un equipo y protegidos por la ficción. Ha sido un hallazgo. La obra me fascinaba, deseaba llevarla a escena, pero no ambicionaba el papel de Giddens que, sin embargo, ahora me parece un verdadero hallazgo, alejado en cierto modo de cuantos papeles he interpretado antes."
Iker Ortiz de Zarate
REPARTO
Iker Ortiz de Zarate
María García
Edurne Arejolaleiba
Alberto Abad
Askoa Uriarte
María Muro
AUTOR
Henry James
DIRECTOR
Iker Ortiz de Zarate
Una producción de
ORTZAI
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Destaca en esta "Otra Vuelta de Tuerca" la interpretación de los dos hermanos, Flora y Miles. Precisamente por su juventud, supondrá un disfrute añadido su trabajo en escena, dominando tanto la situación dramática que retrata la obra como el espacio escénico real. Ellos son, precisamente, la revelación de este trabajo de ORTZAI, en el que les acompañan actores habituales como Edurne Arejolaleiba, impecable en su interpretación del ama de llaves, la señora Grosse, y Mateo Aguirrezabal, en el papel del ausente tío de los niños, el señor Redgrave.
Precisamente porque la temática es ciertamente inquietante ORTZAI ha encontrado en "Otra Vuelta de Tuerca" otra ocasión para abordar el compromiso, reflexionando sobre la lamentable actualidad que confiere a una obra escrita hace más de un siglo la perpetuación de la violencia doméstica y las complicidades en que esa violencia se sigue amparando. El terror no es una mansión victoriana y el posible retorno de quien se ha ido. El terror es cualquier casa, hoy, y la permanencia oculta de quien ejerce el abuso de la autoridad o del miedo sobre quien está en la indefensión por el miedo... o la falta de implicación de quien, estando cerca, no quiere ver ni oír... y opta por callar. Por el silencio.